Gastroenterología Clínica Santa María Reciente

Pésima profesional, no me señaló la dieta sugerida para mi tratamiento ni me envió a interconsulta para este fin, he tenido que buscar en google. Luego le envío un correo por un efecto adverso que me pasó con los medicamentos recetados y me dice que los medicamentos no tienen nada que ver...una decepción.

Pésima atención de la doctora Katherine Gonzalez Lagos, carece absolutamente de cortesía y no respondió a mi razón de la consulta. No sabe recoger información para poder diagnosticar. Le dije que creía ser intolerante a la lactosa y me dio la orden para el examen, es decir, pagué 10mil en la clínica Santa Maria por una orden de examen de mi autodiagnóstico, sin haber considerado otras opciones según su conocimiento como especialista. Si no hubiera insistido en hacerle preguntas, no me hubiera explicado nada en relación a los posibles diagnósticos (suposiciones mías porque tampoco me dio su parecer), es más, tuve que repetir varias veces mis preguntas para que se dignara a responderme. Como ejemplo, al preguntarle qué me recomendaba en el caso de ser intolerante a la lactosa, me respondió: dejar la lactosa. Le pregunté por detalles, además de la leche o el queso y me dijo: todo lo que tenga lactosa. Ese nivel.

Muy mala atención. Deficiente revisión clínica conn mi hijo cuando estaba internado, y peor aún cuando lo controló en forma ambulatoria.
Mal manejo en la obtención de la anamnesis, incluso mal en conceptos técnicos médicos.
El dr. Paul Harris, docente de la UC pudo ayudarnos con mi hijo y, a la vez, desnudó todas las falencias del dr. Navarro.

Juro que nunca me habían tratado tan mal, menos un médico, este señor fue déspota y grosero conmigo, no estuve más de 5 minutos en la consulta, le entregué mis exámenes y le comenté la razón por la que venía que son pólipos en la vesícula, me dijo que fui al médico equivocado que tenía que ir a un cirujano, le expliqué que tenía dolores de estómago, etc, me dijo que no "entendía" nada de lo que decía aún cuando no había terminado de explicar mi idea, al final le dije que había pedido permiso en mi trabajo y que quería sentirme a gusto en la consulta y me respondió: eso no es mi problema, resuelve. Me quedé en shock con su actitud tan grosera aún cuando como paciente estoy pagando por un servicio. Salí llorando de la consulta, siento impotencia por ser tratada así y aún más haber gastado mi dinero y mi tiempo con ese señor.