Detalle de la opinión
Yo me controlé durante todo mi embarazo con el doctor Carlos Cabezón Gil en la clínica Santa María. El principio estaba todo bien, aunque siempre me molestó que la visita fuera tan corta y muy distante. Nunca me revisó durante los primeros 8 meses, nunca me evaluó de ningún modo excepto cuando pasamos al final del mes 8 y 9 que me tomaba la presión.
Mis amigas que se controlaban con otros doctores me contaban que recibían orientación, ayuda, buena atención y buenos controles. A mi el doctor me atendía de 5 minutos y eso era todo.
Cumplí mis 40 semanas y comencé a sangrar y perder líquido amniótico pero el doctor fue completamente indiferente y relajado indicándome que me induciría el parto en la semana 42!!!. Mi bebe en la semana 40 ya pesaba 3,8 kg y era un bebe muy grande. Le indiqué que era imposible esperar a la semana 42 por que era peligroso para el bebe y para mí pero nuevamente fue indiferente y no le importó. Negó que existiera un problema y me dijo que me relajara, sin embargo, yo seguía sangrando, con mucho dolor y con sospecha de pérdida de líquido amniótico.
No me asignó una matrona hasta la semana 39 donde ya estaba a punto de tener mi bebe y para peor la matrona se fue de vacaciones y me dejó tirada. Nadie me daba ninguna explicación, ni calma, ni apoyo ni ayuda. Nuevamente el doctor fue completamente indiferente y tuve que rogar a otra matrona que me atendiera (la segunda matrona jamás me atendió tampoco). La clínica Santa María pésimo en todos sus procedimientos, no les importa en lo más mínimo la atención a sus pacientes.
A último minuto me fui de urgencias a la Clínica Alemana donde me indicaron que estaba perdiendo líquido amniótico y me operaron de urgencias en el acto. Luego del parto me dio una anemia terrible ya que el doctor Carlos Cabezón Gil nunca me recetó fierro, me demoré 4 días en poder ponerme de pie por que me desmayaba. Me indicaron que había subido mucho de peso y eso perjudicó mi salud, me molestó enterarme de estas cosas durante y después del parto ya que se supone que en mis controles de embarazo todo estaba bien y no era así.
Si valoras tu vida y la de tu bebé no te atiendas con este doctor y tampoco vayas a la Clínica Santa María por que les importa un pepino tu salud y bien estar. Solo les importa cobrar el dinero y listo.
Puntuacíon promedio | 1.0 | |
Especialidad | 1.0 | |
Asistencia | 1.0 | |
Higiene | 1.0 | |
Servicios | 1.0 |
Si valoras tu vida y la de tu bebé no te atiendas con este doctor (01-10-2021). Violencia ginecológi
Si valoras tu vida y la de tu bebé no te atiendas con este doctor (01-10-2021). Violencia ginecológica/ Indiferencia total
Yo me controlé durante todo mi embarazo con el doctor Carlos Cabezón Gil en la clínica Santa María. El principio estaba todo bien, aunque siempre me molestó que la visita fuera tan corta y muy distante. Nunca me revisó durante los primeros 8 meses, nunca me evaluó de ningún modo excepto cuando pasamos al final del mes 8 y 9 que me tomaba la presión.
Mis amigas que se controlaban con otros doctores me contaban que recibían orientación, ayuda, buena atención y buenos controles. A mi el doctor me atendía de 5 minutos y eso era todo.
Cumplí mis 40 semanas y comencé a sangrar y perder líquido amniótico pero el doctor fue completamente indiferente y relajado indicándome que me induciría el parto en la semana 42!!!. Mi bebe en la semana 40 ya pesaba 3,8 kg y era un bebe muy grande. Le indiqué que era imposible esperar a la semana 42 por que era peligroso para el bebe y para mí pero nuevamente fue indiferente y no le importó. Negó que existiera un problema y me dijo que me relajara, sin embargo, yo seguía sangrando, con mucho dolor y con sospecha de pérdida de líquido amniótico.
No me asignó una matrona hasta la semana 39 donde ya estaba a punto de tener mi bebe y para peor la matrona se fue de vacaciones y me dejó tirada. Nadie me daba ninguna explicación, ni calma, ni apoyo ni ayuda. Nuevamente el doctor fue completamente indiferente y tuve que rogar a otra matrona que me atendiera (la segunda matrona jamás me atendió tampoco). La clínica Santa María pésimo en todos sus procedimientos, no les importa en lo más mínimo la atención a sus pacientes.
A último minuto me fui de urgencias a la Clínica Alemana donde me indicaron que estaba perdiendo líquido amniótico y me operaron de urgencias en el acto. Luego del parto me dio una anemia terrible ya que el doctor Carlos Cabezón Gil nunca me recetó fierro, me demoré 4 días en poder ponerme de pie por que me desmayaba. Me indicaron que había subido mucho de peso y eso perjudicó mi salud, me molestó enterarme de estas cosas durante y después del parto ya que se supone que en mis controles de embarazo todo estaba bien y no era así.
Si valoras tu vida y la de tu bebé no te atiendas con este doctor y tampoco vayas a la Clínica Santa María por que les importa un pepino tu salud y bien estar. Solo les importa cobrar el dinero y listo.