Detalle de la opinión

 
Centro Médico UC Lira
El jueves 2 de abril de 2.15 fui al Centro clínico UC de Lira, tenía hora para consulta con el gastroenterólogo pediátrico Humberto Soriano para atender a mi hijo de 10 meses. El doctor nos pasó a consulta con 25 minutos de retraso. Nos atendió en su escritorio con su celular sobre la mesa, el que atendió, al menos, tres veces (dos de ellas hablando en perfecto inglés), con la consiguiente desconcentración y desnfoque del hilo de la anamnesis. Cuando intentábamos orientar nuestra visita nos interrumpía y al respondernos algo lo hacía escribiendo en el computador, sin mirarnos y casi deletreando las palabras como lo haría una fonoaudióloga. Cero empatía. Yo contaba hasta diez, pero al tercer o cuarto llamado por celular, en buen chileno "le paré el carro", lo emplacé a ponerse serio, ser más profesional y hacer una consulta con anamnesis ordenada, que apagara el celular y que se concentrara en el caso de mi hijo. El deslizó una cuasi disculpa, que de inmediato arruinó con una excusa (supuesta preocupación por un paciente que estaba muy complicado), y luego agravando aún más su falta al sacar a colación su extenso currículum, sus grandes virtudes y diciendo textual: "que probablemente era el mejor hepatólogo de Chile". Obviamente nos fuimos, nos devolvieron el dinero, perdí mi tiempo y el de mi señora y mi hijo, además gasté plata en estacionamiento. La reflexión es: estamos acostumbrados a soportar los divismos de algunos galenos y, a menudo, nos tragamos sin chistar sus retrasos y chivas, creo que es momento de recordarles a estos profesionales que deben cumplir con las mismas normas que todos los demás profesionales de este país: ser puntuales, rigurosos en su trabajo y ofrecer una atención de calidad. Ya no basta con el delantal blanco, el fonendoscopio al cuello, los currículum abultados, ni las especializaciones rimbombantes. Se necesita que estos profesionales (reitero algunos) retomen el rumbo, vuelvan un poquito a la atención personalizada, a la búsqueda acuciosa del origen de tu problema, a una ayuda integral. Comprendo que el ego puede nublar la visión de algunos médicos, que como el Dr. Soriano guardan, seguramente, diferencias abismales de conocimiento, títulos, cargos, jornadas de perfeccionamiento y sueldos con un profesional promedio, pero creo que nunca es tarde para revisar lo que decía el documento hipocrático que juraron honrar, y que parece estar un tanto olvidado para algunos.
Otra cosa: soy veterinario y no recuerdo haber atendido nunca con tanto irrespeto e indolencia a un paciente.

Eduardo Andrés De Bravó Delorme
CI: 08.408.734-3
Puntuacíon promedio 
 
3.0
Especialidad 
 
1.0
Asistencia 
 
1.0
Higiene 
 
5.0
Servicios 
 
5.0
Opinión de Eduardo De Bravó Delorme 03 Junio , 2016

Atención dr. Soriano

El jueves 2 de abril de 2.15 fui al Centro clínico UC de Lira, tenía hora para consulta con el gastroenterólogo pediátrico Humberto Soriano para atender a mi hijo de 10 meses. El doctor nos pasó a consulta con 25 minutos de retraso. Nos atendió en su escritorio con su celular sobre la mesa, el que atendió, al menos, tres veces (dos de ellas hablando en perfecto inglés), con la consiguiente desconcentración y desnfoque del hilo de la anamnesis. Cuando intentábamos orientar nuestra visita nos interrumpía y al respondernos algo lo hacía escribiendo en el computador, sin mirarnos y casi deletreando las palabras como lo haría una fonoaudióloga. Cero empatía. Yo contaba hasta diez, pero al tercer o cuarto llamado por celular, en buen chileno "le paré el carro", lo emplacé a ponerse serio, ser más profesional y hacer una consulta con anamnesis ordenada, que apagara el celular y que se concentrara en el caso de mi hijo. El deslizó una cuasi disculpa, que de inmediato arruinó con una excusa (supuesta preocupación por un paciente que estaba muy complicado), y luego agravando aún más su falta al sacar a colación su extenso currículum, sus grandes virtudes y diciendo textual: "que probablemente era el mejor hepatólogo de Chile". Obviamente nos fuimos, nos devolvieron el dinero, perdí mi tiempo y el de mi señora y mi hijo, además gasté plata en estacionamiento. La reflexión es: estamos acostumbrados a soportar los divismos de algunos galenos y, a menudo, nos tragamos sin chistar sus retrasos y chivas, creo que es momento de recordarles a estos profesionales que deben cumplir con las mismas normas que todos los demás profesionales de este país: ser puntuales, rigurosos en su trabajo y ofrecer una atención de calidad. Ya no basta con el delantal blanco, el fonendoscopio al cuello, los currículum abultados, ni las especializaciones rimbombantes. Se necesita que estos profesionales (reitero algunos) retomen el rumbo, vuelvan un poquito a la atención personalizada, a la búsqueda acuciosa del origen de tu problema, a una ayuda integral. Comprendo que el ego puede nublar la visión de algunos médicos, que como el Dr. Soriano guardan, seguramente, diferencias abismales de conocimiento, títulos, cargos, jornadas de perfeccionamiento y sueldos con un profesional promedio, pero creo que nunca es tarde para revisar lo que decía el documento hipocrático que juraron honrar, y que parece estar un tanto olvidado para algunos.
Otra cosa: soy veterinario y no recuerdo haber atendido nunca con tanto irrespeto e indolencia a un paciente.

Eduardo Andrés De Bravó Delorme
CI: 08.408.734-3

Enfermedad tratada
supuesta patología hepática
Nombre del Doctor
Humberto Soriano B.
Nombre del seguro médico
Banmédica (particular)
Recomendaría este departamento a otros pacientes
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Comentarios

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Escrito por evelyn
03 Julio , 2016
Esto es una practica común entre los médicos no se debe tolerar.
Escrito por Liset
28 Abril , 2021
Me pasó algo muy parecido, durante la consulta no fue capaz de mirarnos, no hizo la anamnesis completa ,ni uso el estetoscopio: Finalmente contestó una llama diciendo que era una urgencia de su esposa y nos despachó, al minuto estaba ingresando el otro paciente!
Las dos veces que he ido, 40 minutos de retraso.
Sabe mucho, pero no es empático y uno necesita otro tipo de humildad para atender a un niño
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