Detalle de la opinión

Pienso que si una persona de más de 70 años llega buscando la intervención profesional en una situación de por sí estresante, como lo es un cuerpo extraño en un ojo (se constató una herida infectada), la persona que lo trate debe ser empática, apoyadora, manifestando un interés fraterno en el alivio del paciente. No fue el caso de mi marido, Alejandro Concha, en el día de hoy. Ignoro el nombre de la persona femenina que lo atendió, pero me duele estar a más tres mil kilómetros cuando se ha sentido literalmente mal tratado. Sin duda quien se especializa sabe mucho, pero ello no es razón para sentirse en un nivel superior frente a los otros, sobre todo si se encuentran en situación de enfermedad.